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jueves, 12 de julio de 2012

La graduación

Ya llegó la hora. Por fin me graduaría ¡Tendré mi título! Seré una profesional en lo que hago, en lo que me gusta hacer. 
Era el momento de entregar los diplomas... se lo pasaron al primero... se lo pasaron al segundo... y luego me lo pasaron a mi. 
Todos salimos muy sonrientes en la foto que nos tomarían que guardaríamos toda la vida solo al capturar el instante. Me sentía bien, me sentía feliz, solo una lágrima broto de mi ojo y se deslizó por mi mejilla, pero nada más, no era pena, no era angustia, era solo felicidad. 
Antes, yo estaba todo el tiempo pensando en lo triste que podía tratarme la vida, en lo mal que me podría sentir, y siempre recordando las malas caras y mis sentimientos decaídos. 
Yo solía ser muy pesimista, tanto así que miraba el mar y ya pensaba en ahogarme antes de poner un pie en la arena. 
Yo era así, pero, en ese minuto, cuando me estaba graduando no tuve los deseos de pensar en lo malo y en lo triste, solo quería pensar en que logré mi meta, que logré mi gran objetivo, ser grande, crecer y educarme. 
Pero me pregunté, ¿Será necesario estar en una situación especial para sentirme bien? De inmediato me respondí "¡No!".
Yo no necesito que un papel y años de esfuerzo decidan mi estado de ánimo, porque perfectamente podría estar muy triste recibiendo el diploma, estando seria y sin interés. 
La verdad, yo no necesitaba ningún momento especial  para ser feliz, porque la felicidad la llevo dentro y sólo yo decido cuando quiero que brote en mi. 
Entonces miré el título de mi primer compañero, y decía: ¡Felicitaciones por ser feliz!
Luego miré al segundo: ¡Felicidades por tu carisma y tus buenos deseos!
Y finalmente miré el mío: ¡Felicidades por regalarnos mil sonrisas!
Luego miré a mis otros dos compañeros, y extrañamente era como ver un espejo, ya que nadie más estaba sobre el escenario, sólo yo, recibiendo mis premios: por mi felicidad, mi carisma y por sonreír. Desde ese momento me di cuenta  de que acababa de graduarme, de tener mi título, por fin era una profesional en lo que me gusta: En ser feliz. 

Autor: Danny 

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