El Valor de un Centavo
Una historia que narra una vida infinita...
Siempre soy
yo, “La que le faltaba” “La que no encontraba” La que “Justo necesito este” He
vivido años bajo una cama, y siglos botada en la tierra, soy tan asquerosa,
todos me han tocado, me han manoseado,
me han utilizado como un objeto sin valor, siempre he sido juzgada, yo:
Una Moneda.
Estuve con
muchas más amontonadas en una caja, me mareo cuando la gente me lleva y me mira
feo “¡Aghh! ¡Un centavo! Con el no puedo hacer nada” y caigo al suelo sin una
explicación coherente.
Una vez me
pusieron sobre un billete, este era nuevo y pocos habían tocado su piel, pero
un día, la persona que lo tenía fue a buscar algo corriendo y allí cayó él al
suelo sin pedir ayuda, y también caí
junto con otras monedas… Nos perdimos, no sabíamos que hacer.
Como este
billete era muy orgulloso, hace soplar
al viento y se levanta un poco: “¡Miren lo que me encontré!”. Este delicado billete
ya tiene dueño mientras nosotros, los centavos caímos de su piel a una
alcantarilla asquerosa. Éramos Dieciséis monedas, Cinco cayeron al agua, Cinco
a las orillas y seis no lo sé: Yo caí a
la orilla, donde también transcurría gente, no lo sé, quizás no era tan
deshabitado.
A veces
pienso para que he sido creada… Puede
ser que para los pobres, te cuento:
Hubo una
vez una moneda, yo, llamada centavo: Esta moneda estaba en el lodo hablando con
una piedra aunque suene tonto. De pronto, un niño medio ciego y desnutrido, con
un dedo medio muerto se acerca a mí y grita: “¡Mamá, mamá! ¡Tengo dinero,
dinero!” Todos me miraban felices de encontrarme a mí, la moneda asquerosa.
Me juntaron
con otras monedas iguales a mí, éramos muchas, y luego… Caí en una mesa siendo
contada con las otras, me guardaron nuevamente en una caja y este niño se fue
con comida: Que feliz por él y que mal por mí, que tengo que aguantarlo TODO.
¿Puedes
creerme si te digo que fui tragada? Si, así es, un bebé me tragó y no tiene idea
el recorrido que tengo y he sido limpiada como dos veces.
Estar
dentro un estomago no es lo más agradable, lo vez todo oscuro hasta que salí
aplastada en el pañal del niño. ¡Fue un asco!
He estado
meses en bolsillos y luego me tiran a la calle ¡Como si fuera cualquier cosa! Y
no lo soy, soy un centavo y valgo oro como cualquier billete o cheque, creo que
tanto, o no sé, no sé…
CONTINUA........
Autor: Danny
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