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domingo, 16 de septiembre de 2012

1ª parte.El Valor de un Centavo

*Hola, saben esta historia la hice en el año 2010 y espero que les guste, yo me había dicho a mi misma que nunca la mostraría al mundo, pero bueno, aquí estoy, publicándola. Ojala les guste c:, es parte de mi Libro "Yo tambien puedo". 



El Valor de un Centavo 
Una historia que narra una vida infinita...


Siempre soy yo, “La que le faltaba” “La que no encontraba” La que “Justo necesito este” He vivido años bajo una cama, y siglos botada en la tierra, soy tan asquerosa, todos me han tocado, me han manoseado,  me han utilizado como un objeto sin valor, siempre he sido juzgada, yo: Una Moneda.
Estuve con muchas más amontonadas en una caja, me mareo cuando la gente me lleva y me mira feo “¡Aghh! ¡Un centavo! Con el no puedo hacer nada” y caigo al suelo sin una explicación coherente.
Una vez me pusieron sobre un billete, este era nuevo y pocos habían tocado su piel, pero un día, la persona que lo tenía fue a buscar algo corriendo y allí cayó él al suelo sin pedir ayuda, y también caí  junto con otras monedas… Nos perdimos, no sabíamos que hacer.

Como este billete era muy  orgulloso, hace soplar al viento y se levanta un poco: “¡Miren lo que me encontré!”. Este delicado billete ya tiene dueño mientras nosotros, los centavos caímos de su piel a una alcantarilla asquerosa. Éramos Dieciséis monedas, Cinco cayeron al agua, Cinco a las orillas y seis no lo sé: Yo caí  a la orilla, donde también transcurría gente, no lo sé, quizás no era tan deshabitado.
A veces pienso para que  he sido creada… Puede ser que para los pobres, te cuento:
Hubo una vez una moneda, yo, llamada centavo: Esta moneda estaba en el lodo hablando con una piedra aunque suene tonto. De pronto, un niño medio ciego y desnutrido, con un dedo medio muerto se acerca a mí y grita: “¡Mamá, mamá! ¡Tengo dinero, dinero!” Todos me miraban felices de encontrarme  a mí, la moneda asquerosa. 

Me juntaron con otras monedas iguales a mí, éramos muchas, y luego… Caí en una mesa siendo contada con las otras, me guardaron nuevamente en una caja y este niño se fue con comida: Que feliz por él y que mal por mí, que tengo que aguantarlo TODO.
¿Puedes creerme si te digo que fui tragada? Si, así es, un bebé me tragó y no tiene idea el recorrido que tengo y he sido limpiada como dos veces.
Estar dentro un estomago no es lo más agradable, lo vez todo oscuro hasta que salí aplastada en el pañal del niño. ¡Fue un asco!
He estado meses en bolsillos y luego me tiran a la calle ¡Como si fuera cualquier cosa! Y no lo soy, soy un centavo y valgo oro como cualquier billete o cheque, creo que tanto, o no sé, no sé… 



CONTINUA........

Autor: Danny 


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