CONTINUACIÓN......
Ahora, a lo
que me dedico es ver a las personas, como caminan con sus carteras rebalsadas
de dinero menos de monedas como yo, porque nadie ve el lado hermoso de mí.
Yo, soy
como una chica en un cuerpo muerto y plateado con sabor a sangre. Soy la última
gota del vaso, la última pizca que necesitas, Soy la ultima, porque ¡Soy solo
un centavo! ¡Valgo nada para todos! Yo soy igual que las personas, tengo
sentimientos, tengo pensamientos malos, odio a los cheques que atentan contra
nosotros.
- Hola -
Decía una voz ronca y masculina.
- Hola…-
Decía yo como una simple cosa.
- Me llamo
Mil, ¿Y tú? –
- Centavo… Caí aquí por accidente… mi dueña no se fijó de que caí, ¡Que descuidada…!
Je, je… - Mentí torpemente frente el billete.
- ¡Si, pues
claro! ¡Yo también caí de un bolsillo! Hace calor en las billeteras, la gente
no entiende-
- ¡Lo mismo
creo yo, mil! En las billeteras me las pasó muy mal —
- Claro que
si, juran de que no sentimos nada—
- Ja, ja,
ja ¡Cierto, cierto! ¿Cuál fue tu último
recorrido, billete?
- La cárcel
–
- He estado
allí, yo fui cambiada por droga, ¿Y tú? –
- Por lo
mismo, solo que conmigo se drogaban –
Me sentí afortunada al oír eso.
- ¿Y
después… como llegaste aquí, luego todo
sucio?
- Un
guardia los pilló, me llevó él mismo, luego compró conmigo, y el vendedor me
llevó a casa y tuvo una pelea con su mujer, y soltó muchos billetes y aquí caí
yo —
-¿No que habías
sido caído de un bolsillo al igual que yo...?
- Eh… ¡Eso
mismo, solo que al revés creo aah…!-
Mil se puso nervioso y no podía hablar bien.
- ¿Y si nos
hacemos amigos? – Me propuso
- Es malo
tener amigos, luego te cogen y nos separan… ¡Todos quieren a Mil y cinco Mil! ¡Hasta
Diez pesos! ¡Pero nadie quiere al
centavo recorrido!
- ¡No digas
eso, por dios! – Me regañaba el desdichado Billete.
- ¡Que!
¡Por qué, por qué, por qué! –
- Un
centavo vale mucho, eres la base de todo el dinero. ¡Todo comenzó por ti!
- ¡Comenzó
cuando yo valía algo…! –
- ¡Tonta, tú
vales demasiado! Mira, Para hacer 25 centavos, ¿Cuántos de ti se necesitan?
- 25, claro
–
- ¿Y para
hacerme a mí, cuántos de ti necesito?
- ¿Eres
matemático? Aprendamos a contar por favor… uno... dos… - Decía yo
sarcásticamente.
- ¡Claro
que mil monedas de ti me hacen a mí! ¡Eres especial! -
- Jamás lo
había visto de esa forma… -
CONTINUA.......
Autor: Danny
No hay comentarios:
Publicar un comentario