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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Terror en la oscuridad


Estaba acostada en mi cama, todo estaba oscuro, cerraba los ojos y los abría rápidamente, como que algo me aterraba esa noche.
Recordé que mi difunto papá me había regalado una de esas muñecas grandes cuando yo era una niña, lo cual también recuerdo que mi papá no me quería mucho.
Era muy tarde, y sentía a los murciélagos  volar por afuera de mi ventana y escuchaba a esos bichos con caparazón negro chocar contra la misma.
Yo miraba la ventana... de pronto un ruido se escuchó. Yo calladísima me quedé en mi cama, no moví ni un pelo. Cerré lo ojos y la muñeca que mi papá me había dado se calló, me pareció raro, porque siempre ha estado parada y no había hecho ningún movimiento, yo siendo una aficionada al orden, me armé de valor y caminé hacia la muñeca, la tomé y la dejé en su posición.
Me dirigí a la cama un poco más tranquila, y de un momento a otro, sentí que la muñeca se había caído otra vez. Di un salto hacia la cama, me asustaba estar un momento más en el suelo. Miré hacia esa esquina donde estaba apoyada y estaba ahí, parada, sin hacer mayor movimiento. Me asusté aún más he intenté dormir... obviamente me costó demasiado, así que iba a ponerme a jugar con el celular, y yo, curiosa vuelvo a mirar a donde mismo, lo más extraño y aterrador, es que la muñeca no estaba en su esquina, si no, que estaba apoyada frente a un mueble.
Yo creo que casi me oriné del susto y no pude prender la luz porque el juguete estaba en el mueble al lado del interruptor.  Cierro mis ojos con miedo y la muñeca se cae... aguanté un poco más antes de comenzar a gritar ayuda, de pronto sentí que bajo mi cama golpeaban las tablas que sujetaban el colchón, sentí que las sacaban una a una... me decidí en dormir y olvidarme, pero fue casi imposible cuando el colchón cae al suelo y ya no habían tablas en la cama. Me puse a gritar desesperada y la muñeca vino corriendo hacia mi y me cubrió la boca, yo gritaba aún más y me daba cachetadas, me tiraba el pelo y yo, le di un bofetón y me mordió los dedos. Me paré y salí corriendo intentando arrancar de la pieza, pero unas manos bajo el mueble me agarraron las piernas y me arrastraron hacia  el colchón nuevamente, yo lloraba horriblemente asustada y el último golpe en mi cara fue de la maldita muñeca que me regaló ese hombre y fue el que me despertó de la  terrible pesadilla, solo ese susto me libró de haber seguido soñando. 

Autor: Danny

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